ALIMENTACIÓN ECOLÓGICA

Aunque nos parezca que los alimentos orgánicos son una moda reciente, en España la agricultura ecológica comenzó a regularse en el año 1989 del siglo pasado.

Hoy en día, los millennials son el grupo que más tiende a la alimentación ecológica, dispuestos a pagar algo más por productos elaborados con una mayor preocupación por el medio ambiente.

Nuestro país está inmerso en un boom en cuanto a la alimentación ecológica, es decir, consumir productos más naturales, sin pesticidas, plaguicidas o bonos químicos, sin hormonas o antibióticos.

En España cada vez es mayor la preocupación por la alimentación ecológica, a pesar de que a finales de 2015 este tipo de alimentación tan solo ocupa el 2% del total, situándonos a una distancia muy alta de otros mercados europeos. Sin embargo, son muchas las subvenciones que se reciben en este país para este tipo de cultivos y es uno de los grandes productores mundiales de alimentos ecológicos, en concreto el noveno, además de ser uno de los países con mayor superficie y número de productores de la Unión Europea.

Des implicados, ecologistas, convencidos y preocupados por la salud. En estos cuatro perfiles divide el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente a los consumidores de productos ecológicos, un grupo que en todo el mundo ha vivido un espectacular aumento en los últimos años y que se ha convertido en un negocio que cada vez mueve más millones.

El aumento de la conciencia ecológica en la población es un hecho, especialmente en la gente joven, y no solo a la hora de consumir sino también de producir. Sin embargo, los elevados precios de este tipo de alimentación, hace que solo los jóvenes con un nivel adquisitivo alto se puedan permitir dichos precios.

En los supermercados la oferta de este tipo de productos es menor y, en comparación con el resto de productos, el coste de la cesta de la compra se eleva de forma significativa, haciendo difícil que personas que consume este tipo de alimentación por principios e ideales y con un nivel adquisitivo más bajo, pueda hacer la compra exclusivamente con estos productos.

Por ello, surgen dudas de por qué los precios son tan altos para el consumidor, siendo un sector que recibe importantes subvenciones para incentivar su producción y consumo.

Lo cierto es que el coste de la producción ecológica requiere de un número bastante superior de medidas respecto al convencional para poder ser considerada como tal. Eso deriva en que los agricultores y ganaderos tienen que invertir mucho más a la hora de empezar de cero o invertir una cantidad importante para transformarlo en terreno ecológico. Por otro lado, los productos han de pasar una serie de certificaciones de calidad y que garanticen el proceso ecológico durante toda la cadena.


Fuentes: El diario | Oh Bo | ABC | Soy como como