Juguetes de moda… pero con cuidado

El juguete es uno de los productos de consumo, junto con los alimentos y productos farmacéuticos, sometidos a mayor presión normativa.

El mundo del juguete es muy amplio y como en todo, hay modas. El año pasado en los patios de colegio el spinner fue el juguete más presente -pieza de plástico o metal simétrica con aspas y un rodamiento central, que se sujeta con los dedos y que sobre el que las aspas gira-. En su momento, ya que fue inventado hace décadas, se usaba para aliviar el estrés, reducir la ansiedad y resultaban muy útiles para personas con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o trastornos de autismo (TEA).

Pero la moda cambia; así durante la pasada Navidad 2017, los estantes de las tiendas de juguetes tenían agotadas las existencias del Slime. A algunos os sonará más el blandiblu, pues es algo parecido. Se trata de una masa gomosa, que suele prepararse con borato de sodio (bórax) o detergente mezclado con algún tipo de pegamento y agua. Ese tipo de contacto puede provocar irritación en la piel y alergia.  El ácido bórico genera problemas gastrointestinales si llega a ser consumida, así como lesiones cutáneas y por esta razón, ha sido prohibido ya en algunos colegios. El juego consiste no solo en manosearlo, sino en crear tu propio slime, bien con la fábrica  (que se vende por separado), bien mezclando los ingredientes para preparar las mejores masas de gelatina de colores llamativos.

Algunos juguetes son retirados del mercado debido a la gran presión normativa que existe en estos productos. El 29% de las notificaciones al sistema de alerta rápida de la Unión Europea (RAPEX) -mecanismo creado hace 15 años para permitir a los gobiernos compartir información sobre productos no alimentarios peligrosos para los consumidores-, correspondieron el año pasado a la categoría de los juguetes (636 alertas), muchas de ellas a cuenta del popular Fidger Spinner.

Otro juguete que causó furor en 2017 es la muñeca LOL surprise. Se trata de una muñeca de plástico de 4.5 centímetros, cuyo precio va desde los 15€. Tiene 45 versiones y todas tienen algo añadido que las diferencia y ayuda a crear el ‘afán’ coleccionista. Vienen en una especie de huevo sorpresa formado por siete capas que se desembalan. En su interior se descubre un mensaje secreto que da pistas sobre el club de la muñeca, pegatinas, un biberón, zapatos, ropa, un accesorio sorpresa y, en último lugar, el juguete dentro de una bola dorada. En EEUU, sus ventas en diciembre del año pasado crecieron a un ritmo del 600% semanal. En España fue uno de los juguetes estrella y de los más vendidos en el ranking de la Navidad 2017, y en enero de este año ya llevaba agotada unas semanas en establecimientos como El Corte Inglés, Toys 'r us, Toyplanet o Carrefour.

Las series de televisión influyen en la decisión de los más pequeños a la hora de elegir juguetes; algunos ejemplos: el centro de control de los PJ Masks (los mini héroes Gatuno, Buhíta y Gekko), el reloj modelo Cero de Yokai Watch de Hasbro, el Intercomunicador de LadyBug Miraculous/Prodigiosa de Bandai, entre otros.

Según informó la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, el sector del juguete cerró 2017 con un 2% de crecimiento alcanzado los 1.152 millones de euros en el mercado nacional. La venta de juguetes es España crece por encima de la media del mercado global, que lo hace en un 1%.

En 2017 hasta septiembre el mercado había crecido un 7% (según datos de NPD Group), y los meses de octubre y noviembre obtuvieron resultados negativos. Sin embargo, en la campaña de Navidad el sector recuperó el consumo logrando cifras positivas.