EL FIN DEL DINERO EN EFECTIVO

Las economías del norte de Europa avanzan a velocidad de crucero hacia la desaparición del dinero en efectivo. Dinamarca dará un paso significativo a principios de año en este sentido al desaparecer la obligación de las tiendas de aceptar dinero en efectivo.

Entidades como JPMorgan están comenzando a evitar el efectivo a menos que los depositantes paguen por el privilegio de depositarlo.

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Esta tendencia, que se convertirá en hábito generalizado, solo tiene ventajas. Mayor control fiscal, comodidad con los “cambios”, ahorro de costes de seguridad en los medianos y pequeños negocios…

Pero, ¿debemos asociar el futuro del pago sin efectivo al “plástico”?

Sí, y no. Las últimas apuestas de los principales agentes implicados en este tipo de desarrollo, Visa y MasterCard, son el pago por móvil y el de tarjeta sin contacto. “Todavía son medios de pago con pequeños porcentajes, pero los dos medios están creciendo con fuerza porque son cómodos y seguros”.

¿Será el siguiente paso la implantación de chips en el cuerpo humano?

Un estudio, encargado por la firma global de pagos Visa, ha concluido que el 25% de los australianos estarían ligeramente interesados en disponer de un chip, que les permitiera pagar las compras con un movimiento de la mano, implantado en su piel.

En este caso, casi conocemos el final del camino. La biométrica se está asentando pisando muy fuerte para encontrar su hueco.

Los pagos biométricos se basan en el uso de la autentificación biométrica para la identificar del usuario. La identificación biométrica tomará forma de mecanismos como el reconocimiento de voz, facial, huellas dactilares, iris… No hay necesidad de un soporte adicional, el soporte somos nosotros mismos. Lo que tenemos (nuestra voz, nuestra huella dactilar, etc.) tiene la suficiente garantía de identificación, dependiendo del sistema utilizado, como para no necesitar nada más.



Fuentes: innovacionactiva  | Kimaldi | ABC |